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Rusia muestra apertura al plan de autonomía de Marruecos para el Sáhara
En un giro significativo en la diplomacia global, el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, ha expresado la disposición de Moscú para apoyar el Plan de Autonomía de Marruecos para el Sáhara, considerándolo una forma legítima de autodeterminación bajo el marco de las Naciones Unidas. Sus comentarios marcan una nueva fase en el discurso de Rusia sobre la disputa de larga data, tradicionalmente caracterizado por una neutralidad cautelosa.
Lavrov reconoce la propuesta de Marruecos como una opción reconocida por la ONU
Durante una conferencia de prensa en Moscú con representantes de medios árabes, Lavrov afirmó que Rusia acoge la iniciativa de autonomía de Marruecos como “una de las formas de autodeterminación reconocidas por las Naciones Unidas.” Esta declaración explícita, la primera del funcionario sobre el tema, señala un cambio matizado en la posición de Rusia antes de la próxima sesión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el Sáhara, que Moscú presidirá a finales de este mes.
Lavrov enfatizó que la posición de Rusia “está basada en las resoluciones de la ONU” y que cualquier solución aceptable debe contar con el respaldo de todas las partes. Describió la propuesta de autonomía de Marruecos como “una opción realista capaz de cerrar el expediente si cumple con la legalidad internacional y el consentimiento mutuo.” Además, aclaró que Moscú apoya la autodeterminación basada en el diálogo y no medidas unilaterales.
Antecedentes históricos y políticos
El Sáhara, anteriormente bajo dominio colonial español, pasó a formar parte de Marruecos tras la retirada de España en 1975. El Frente Polisario, apoyado por Argelia, declaró posteriormente la llamada República Árabe Saharaui Democrática, cuestionando la soberanía de Marruecos sobre el territorio. Los esfuerzos de integración de Marruecos se centraron en la estabilidad, el desarrollo de infraestructura y la autonomía regional dentro de su marco nacional.
En 1991, la ONU negoció un alto al fuego y estableció la misión MINURSO para supervisar los esfuerzos de paz. Sin embargo, el referéndum prometido durante mucho tiempo sigue sin realizarse debido a disputas políticas sobre la identificación de votantes y reclamaciones contrapuestas. Marruecos continúa promoviendo su plan de autonomía, propuesto en 2007, como la única vía pragmática y duradera hacia la paz, obteniendo un respaldo internacional creciente.
Recalibración diplomática entre Rabat y Moscú
La retórica evolutiva de Rusia se produce en medio de un sutil reajuste en las relaciones con Marruecos. La decisión de Rabat la semana pasada de abstenerse de votar sobre una resolución del Consejo de Derechos Humanos crítica con Moscú fue percibida como un gesto de buena voluntad y reciprocidad. La medida se considera ampliamente como un esfuerzo estratégico para asegurar la abstención de Rusia o su apoyo tácito en la próxima votación de la ONU sobre el Sáhara.
Este acto de equilibrio diplomático sigue años de interacción cuidadosa entre ambos países. Desde la visita del Rey Mohammed VI a Moscú en 2016, una asociación estratégica ha madurado gradualmente, con Rusia optando por la abstención en lugar de la oposición en resoluciones clave de la ONU sobre el Sáhara en 2021 y 2023.
Convergencia internacional en torno a la iniciativa de autonomía de Marruecos
El momento de los comentarios de Lavrov coincide con un consenso internacional creciente en torno a la propuesta de Marruecos. Análisis recientes del Policy Center for the New South describen la postura actual de Rusia como una de “neutralidad constructiva,” respetuosa de los principios de la ONU y al mismo tiempo consciente de la paralización de la opción del referéndum.
Al igual que Rusia, China ha ido inclinándose gradualmente hacia la visión de Marruecos, votando a favor de resoluciones de la ONU en 2018 y 2021 que describieron el marco de autonomía como “realista, pragmático y duradero.” Las potencias occidentales, incluidos Estados Unidos, Francia y el Reino Unido, ya respaldan el plan como base para la negociación.
Hacia una resolución decisiva del Consejo de Seguridad
Se espera que la próxima reunión del Consejo de Seguridad reafirme el apoyo a un proceso político basado en compromisos y pueda consolidar el Plan de Autonomía de Marruecos como la única vía creíble para la resolución. Los analistas predicen que este desarrollo podría marcar un hito diplomático histórico, remodelando el panorama geopolítico del norte de África y consolidando el liderazgo de Marruecos como una fuerza estabilizadora en la región.